Hace ya más de un año que decidí entrar a ver qué se cocía por lo fogones de este bar, en primera impresión de barrio, pero desde que se pisa se da uno cuenta que es otra historia bien distinta. Las varias veces que he repetido he podido comprobar que sobresale más allá de la media y en mi humilde opinión, y tras la apertura de un segundo negocio en la misma avenida, cabe decir que está entre lo más recomendable de la ciudad.
Si ya de por sí es complicado encontrarse con lugares donde se pueda degustar guisos como Dios manda, Martín Blanco ofrece el doble, menudos, potajes, arroces marineros, judiones segovianos... al amante del cuchareo le temblará el pulso antes de saber qué elegir, y ¡cuidado! porque todo está riquísimo, gracias al toque de su chef paquistaní, sí paquistaní, que no es otro que Magid, cuñado del fundador del bar el que imprime un sello característico que repito, pudiéndose parecer al bar de barrio o de pueblo, se aleja de ellos en calidad.
Las pruebas de matanza, el risotto de boletus (de los mejores que Sabore@ ha probado), el pescaito frito, las albóndigas de choco y los revueltos de setas, uno de los alimentos fetiche del bar, componen una variopinta selección en su diferenciada carta. La atención es esmerada y te hacen pasar la velada como si estuvieras en casa. Conviene reservar y puede que esperar algo más de tiempo en que llegue la comida a la mesa, pero la espera vale sus frutos. No esperes encontrarte con una joya en cuanto a decoración ni exquisiteces propias de los gastrobares, aquí se viene a comer, y a comer bien, sin tanto lujo, que mayor lujo que su risotto en pocos sitios lo vas a ver.
Dirección: Avenida de San Francisco Javier, 15 (41005)
Teléfono: 954 646 512
Web: https://www.facebook.com/martincerveceriablanco/