Los caracoles, tan presentes en esta temporada primaveral, tiene uno de sus templos sevillanos en la zona de huerta Sta.Teresa en el mítico Cateto, desde 1965, proveniente de una familia natural de Umbrete y cuyas últimas tres generaciones han seguido marcando las pautas sobre cómo cocinar este molusco. Un sitio, muy de barrio, pero que ha trascendido más allá de sus márgenes. El Cateto, ha sido protagonista de una reforma reciente tras encargarse Rocío Trigo, nieta de los fundadores, de su acometida y es que el carácter emprendedor lo ha heredado de su progenitor. Inicia una aventura que trae no sólo cambios en lo estético sino también en lo culinario.
Los dos antiguos locales se han fusionado ahora en uno sólo, ganando espacio y la terraza es igual de amplia y concurrida que lo era entonces. Más modernizado y acorde a los nuevos tiempos, pero sin perder la esencia, esa esencia que los mantuvieron vigentes por tantos años con su cocina casera. El interior aparece ahora más luminoso, una gran barra presidiendo y con mesas tanto altas como bajas, ha sido tal la acogida por el público que es imperativo llamar para reservar mesa, lleno absoluto a todas horas, ni hablar los fines de semana.
Se tenía por seguro que algunas tapas que han hecho famoso este bar no iban a perderse en esta nueva andadura, para empezar sus Caracoles y Cabrillas (2,30€/2,50€ tapa respectivamente) santo y seña casi desde su fundación, y que repiten aparición en esta nueva carta también, con posibilidad de pedir entre tapa, media y ración. Otros repiten como el Tomate aliñado con melva (5€) y el muy demandado Mantecaito de solomillo al whisky (2,50€).
Entre las aportaciones cabe mencionar arroces, como el Arroz meloso de salmonete (8€) y el Arroz de presa y espárragos (7,50€) mejor el segundo, más intenso de sabor. Han actualizado hasta la forma de presentar los platos, mejores y más cuidados. A destacar, aparte de sus caracoles ya mencionados, las Croquetas de puchero con su caldo (3€/7€) esponjosas, tremendas de sabor, posiblemente en el top de croquetas de la ciudad, aunque a decir verdad el caldo sobraba, pero sólo por probar esa melosidad de la croqueta hay que venir. Y de la mar subrayar una novedosa Ensaladilla de huevo de choco (3,20€/7€) y una muy rica Tortilla abierta de puntillitas y tinta de calamar (5,50€) estupenda si se quiere compartir.
Como colofón han puesto el acento en un gran apartado de carnes maduradas a la brasa, todo al peso, donde destaca un Tomahawk de buey irlandés (40€/kilo) o un Entrecot de vaca rubia (18€/300 gramos) entre otras sugerencias. El cambio, a vista del éxito de público que ha tenido desde su reapertura ha sido a mejor, buen ambiente y atención esmerada. Esperemos que estas buenas intenciones se sigan cumpliendo en un futuro, los cimientos están hechos, basta con echar el resto.
Dirección: Calle Sinaí, 25 (41007) Sevilla
Teléfono: 954 584 366