Sevilla en los últimos años se ha refinado gastronómicamente, tanto en el gusto y en el paladar como en la apertura de establecimientos cada vez más profesionalizados y con una concepción de cocina más aperturista y vanguardista. El grupo María Trifulca fue uno de los que siguió esta senda, que le ha llevado a destacarse en la ciudad con la apertura de varios locales de fama contrastada como su homónimo María Trifulca, el aledaño La Casa de María, Maquiavelo (al más puro terraceo) o el más reciente, Bachio, que recoge el testigo de lo que fue Orsini y que ha abierto sus puertas hace pocas semanas con un nivel de detalle, de autenticidad y de servicio varios escalafones por encima del resto de competidores italianos. Se prevé movimiento, conviene reservar.

Y es que son esas señas de identidad marca de la casa las que llevan por bandera, desde la indumentaria del personal y la presentación de los platos a la decoración o la carta. Elegante, señorial y a la par joven y dinámico (una mezcla que en otros locales chirría pero aquí encaja) el establecimiento cuenta con unos veladores animados en Reyes Católicos junto a la zona de copas de Paseo Colón y un interior en dos plantas con mesas todas ellas bajas, donde la madera adquiere mayor protagonismo y hay cabida para estampados florales, sofás bastante cómodos, tonos cálidos y luz tenue ligeramente apagada. No sólo es comodidad lo que sentimos, sino también serenidad y calma, todo en armonía.

La carta es canónica, natural, con base en la Italia más auténtica, han querido ser fieles a la tradición gastronómica italiana. Buscan un golpe de efecto desde los aperitivos donde apuestan por una serie de vinos y licores "azzurros" como el Martini, Aperol, Campari, Cinzano, Negroni o el Prosecco, en precios que van desde los 5€ a los 7€. Para sus iniciales recomiendan el Antipasto Bachio (14€) una tabla que lleva mortadela al tartufo, porchetta, mozzarella bufalina, tomate seco y olivas dulces. Tampoco debemos olvidarnos de su Vitello Tonnato (14€) un rosbif de ternera aderezado con canónigos, alcaparras y salsa tonnata o de la Focaccia artesana con verdura asada de temporada (12€), unos primeros platos para el disfrute.

En un italiano no deben faltar pizzas, y aquí las hacen a mano, delicadas y sabrosas, predomina más la masa que el ingrediente, como podemos ver en la pizza Bologna (11,80€) con base de mozzarella de leche de vaca en vez de tomate, a la que añaden una generosa mortadela, pistacho desmenuzado y queso gorgonzola. La Pizza Diavola (12€)  ésta sí con base de tomate, salami picante y embutido italiano, siempre producto procedente de Italia. Saltando a las pastas, otra de sus recomendaciones es el Carbocachio (15€) que no deja de ser espaguetis carbonara pero añadiendo auténtico guanciale y servidos en queso pecorino en un show previo junto a la mesa. Otra pasta hecha a mano son los Mafaldine al tartufo (16,50€) con forma de cinta o de acordeón bañados en una salsa/crema de nata y trufa con setas, muy recomendable. Y dentro de las pastas rellenas, señalar los Quadrelli de chuleta de vaca madurada (14,80€) elaborada a mano, con el jugo de la carne como salsa.

Para endulzar la comida está lo imprescindible, desde Limoncello, pasando por una Cafetera de Tiramisú (6€), Tarta de queso horneada (8€) y hasta Pizzeta de Nutella (10€) para compartir. Se nota a leguas el empeño que han puesto en la presentación y el esmero por el producto italiano y el recetario clásico. Más allá de alguna concesión, estamos ante un restaurante puro y duro que nos transporta al país transalpino con mucho acierto, con precios algo por encima de la media, altas dosis de buen gusto conservando el estilo tan cuidado y característico del Grupo María Trifulca y sabores que no te dejarán indiferente. Apto para parejas y comidas de amigos. Bachio ha venido para quedarse.


Dirección: Avenida Reyes Católicos, 25 (41001) Sevilla 

Teléfono: 955 283 883

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